Una mujer discapacitada explica por qué la ciudad no es apta para su condición
Enero 21 de 2009
Sonia Verswyvel, autora de este artículo, está en condición de discapacidad hace cinco años y desde ese día se ha convertido en una defensora de los derechos de los discapacitados.
Me invitan a la casa de una amiga a comer. Una vez llego, tengo que esperar afuera mientras las personas se preparan para recibirme y alzarme para subir las escaleras.
Durante la comida no tomo líquido porque lo más probable es que no haya baño en el primer piso y si lo hay, la puerta de entrada es tan angosta que no pasa mi silla de ruedas.
Las personas con movilidad reducida conocemos muy bien esta situación desafortunada e innecesaria. Digo que innecesaria porque el concepto de accesibilidad solucionaría el problema.
Una vivienda es accesible cuando tiene las siguientes condiciones básicas: Al menos una entrada con cero escalones, corredores con el ancho de 0.90 m y al menos un baño en el primer piso con puerta ancha para entrar una silla de ruedas y poder cerrar la puerta.
Cuando quedé en una silla de ruedas hace cinco años y después de una larga y dolorosa rehabilitación, me encontré con todas las puertas cerradas y posibilidades para mí y para las demás personas en condición de discapacidad, personas adultas, niños, coches, caminadores, bastones, muletas, la lista sería interminable.
Hablando con un policía de 24 años, en silla de ruedas, víctima del conflicto de nuestro país, me dijo que había pasado por un cambio mental, emocional y filosófico muy doloroso. Su familia le regaló un viaje a San Andrés Islas con su novia para descansar después de su rehabilitación.
Llegó a un hotel con entrada de escalones, habitación inaccesible y lo más triste "soy hombre y es muy humillante que mi novia me tuviera que alzar para entrar al baño porque la puerta era más angosta que mi silla de ruedas".
Entendí que todos pasamos por las mismas dificultades. Revisando la información existente, están las leyes pero no se cumplen. Nadie había tenido el interés de vernos como personas iguales a todos, como consumidores, y con deseos de hacer los programas incluyentes con la familia y los amigos, y muy especialmente con posibilidad de trabajar y poder apoyar a la economía del hogar.
La accesibilidad trae la integración social de todos, especialmente de los niños en sillas de ruedas. Ir a la casa de los amigos ayuda a los niños a adquirir habilidades sociales así como autoestima y confianza. Si ese niño tiene que esperar que el papá de su amigo llegue a la casa para que lo alce para subir las escaleras y luego tiene que pedirle el favor de que lo alcen para entrar al baño, pierde autoestima.
Accesibilidad para los adultos mayores es indispensable. Muchas personas al envejecer tienen que usar silla de ruedas, caminadores, bastones y otras formas de asistencia, y si en la casa donde viven hay escaleras para entrar, subir a las habitaciones, puerta angosta para ir al baño, la vida es demasiado difícil. Las personas de edad generalmente terminan encerradas.
En Inglaterra y Japón usan el termino "visitabilidad" mas que accesibilidad. Visitabilidad es la habilidad de "visitar". Espero que un día muy cercano se decreten las medidas de accesibilidad, para que los arquitectos, ingenieros y empresarios construyan los hoteles, restaurantes, centros comerciales, teatros, parques, museos, viviendas, edificios y calles con la conciencia de que todos somos iguales.
Las acciones que apuntan a crear espacios amables nos corresponde a todos.